jueves, 14 de abril de 2011

Actores de la última semana de vida de Jesús: Caifás

José ben Caifás (en arameo: Iosef ben Cayafás). Sumo Sacerdote judío, de la secta de los saduceos que vivió durante el reinado del emperador Tiberio, es uno de los actores más importantes en la última semana de vida de Jesús. En un tiempo cuando los sumos sacerdotes eran nombrados y removidos por los oficiales de Roma, y cuando la principal cualidad requerida parece haber sido el servilismo, no hay que extrañar que Caifás gozara de su favor por tanto tiempo. Josefo menciona su reinado en conexión con una serie de actos de Vitelio que le eran agradables a los judíos.


Es citado varias veces en el Nuevo Testamento (Mt 26,3; 26,57; Lc 3,2; 11,49; 18,13-14; Jn 18,24.28; Hch 4,6). El historiador judío Flavio Josefo dice que Caifás accedió al sumo sacerdocio alrededor del año 18, nombrado por Valerio Grato, y que fue depuesto por Vitelio en torno al año 36 (Antiquitates iudaicae, 18.2.2 y 18.4.3). Estaba casado con una hija de Anás.También según Flavio Josefo, Anás había sido el sumo sacerdote entre los años 6 y 15 (Antiquitates iudaicae, 18.2.1 y 18.2.2). De acuerdo con esa datación, y conforme a lo que señalan también los evangelios, Caifás era el sumo sacerdote cuando Jesús fue condenado a morir en la cruz.


Su larga permanencia en el sumo sacerdocio es un indicio más que significativo de que mantenía unas relaciones muy cordiales con la administración romana, también durante la administración de Pilato. En los escritos de Flavio Josefo se mencionan en varias ocasiones los insultos de Pilato a la identidad religiosa y nacional de los judíos y las voces de personajes concretos que se alzaron protestando contra él.


Como saduceo, no creía en la resurrección de los muertos, al contrario que los fariseos y  las noticias sobre una supuesta resurrección de Lázaro realizada por Jesús alarmaron a los Sumos Sacerdotes, hasta el punto de que el Sanedrín (tribunal supremo de los judíos) se reunió en una sesión extraordinaria, para decidir lo que harían con Jesús. La reunión estuvo presidida por Caifás, en calidad de Sumo Sacerdote en funciones. No obstante, su suegro Anás, que mantenía una gran autoridad dentro del tribunal, influyó notablemente en la resolución del caso. De esta reunión salió la famosa frase de Caifás que plasma su pensamiento sobre Jesús: "...conviene que muera uno sólo por el pueblo y no perezca toda la nación".


El primer interrogatorio de Jesús fue en la casa de su suegro, Anás y fue entregado a Caifás, donde se realiza el segundo interrogatorio en la llamada "Casa del mal Consejo" pero este al verse con la autoridad disminuida para ejecutar a un preso, lo lleva ante Pilato. La blasfemia no era considerado pena capital por los romanos. Pero al no tener efecto tal "acusación", y al ser devuelto por Herodes Antípas a Pilatos, Caifás agrego algo a la nueva acusación. Ya no solo era el cargo de blasfemia, sino que de autoproclamarse el Mesías, el libertador de Israel, lo cual se convirtió en un cargo de sedición, pero todavía no era reo de muerte, como lo quería Caifás.


Al verse contra la pared en sus planes, Caifás envía a sus esbirros a que empiecen a gritar y pedir la murte de Jesús. Pilato siempre soltaba a un preso para la Pascua, con lo cual encontró conveniente dejar que el pueblo eligiera entre Barrabás, un zelota preso y condenado a muerte por sedición y atacar a los soldados y Jesús. Con el trabajo listo departe de los guardias del Templo, la elección fue de Barrabás.


Durante la cruxifición, Caifás reclama el letrero que fue colgado sobre la cruz, "Jesús Rey de los Judíos", aduciendo, que le estaban dando la razón al reo. Inmediatamente, recurre a Pilato y solicita sea removido el letrero y además la vigilancia del sepulcro, por que sus seguidores sacarían el cuerpo, para así dar por un hecho la resurreción y fortalecer la nueva secta. De todos ya es conocído lo que sucedió en los días posteriores a la muerte de Jesús.


Luego de la muerte de Jesús, Caifás continuó persiguiendo a los cristianos. Cuando San Pedro y San Juan fueron traídos ante el consejo después de la cura del cojo en la Puerta Hermosa del Templo (Hechos 4,6 ss), Caifás era todavía sumo sacerdote, pues fue removido en el año 36 ó 37 d.C. Probablemente él era el sumo sacerdote ante quien compareció San Esteban (Hch. 7,1), y fue él, el que  dió a Saulo las cartas autorizando traer los cristianos de Damasco a Jerusalem (Hch. 9,1-2).  Se cree que durante la toma de Jerusalem, departe de los romanos, Caifás murió asesinado en la revuelta.

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