Fiesta en Honor a la Santísima Virgen de los Angeles, Patrona de Costa Rica

La fiesta inicia nueve días antes, con la novena dedicada a la reina de los Angeles. Cada día, diferentes grupos, visitan el Santuario y realizan la novena, en representación de sus diócesis. Llegado el 1ro de agosto, la fiesta y la visitas aumentan en cantidad. A las 5 de la mañana, una alegre diana, despierta a los cartagos, avisando de que el día de fiesta se acerca. En la mañana, cerca de las 10:00 a.m., se realiza el cambio de vestido de la imagen.

Usualmente, las fieles, confeccionaban hermosos vestidos, que el sacerdote probaba, hasta que llegaban al indicado, al finalizar el año, era devuelto a la persona que lo confeccionó. Ahora ante la llegada de tanto vestido, la parroquia se la encarga a álguien o a un grupo de manera discreta.

Una de las tantas muestras de fe del pueblo de Costa Rica es la Romería a la Basílica de los Angeles, en Cartago. La palabra romería, se dice que proviene de ¨romero¨, que eran los peregrinos que iban a Roma. Estas fiestas, son en honor de Jesús, la Virgen María o algún santo. Cada primero de agosto desde temprano, los miles de visitantes, caminan desde diferentes lugares de Costa Rica, para darle gracias a la Reina, o pedir por su interseción, ante alguna necesidad. En la noche, la honran con una hermosa serenata y juegos artificiales.

El 2 de agosto, la fiesta es en grande. En la mañana hay una misa, con las autoridades de gobierno y eclesiásticas. Durante todo el día, las visitas no paran. Para el día siguiente, la imagen es trasladada a la Parroquia del Carmen, o lo que hoy se le conoce como la Catedral de Cartago. El primer domingo de setiembre se da la "pasada", o sea, regresan a la imagen a su casa habitual.

Los milagros atribuidos a la Santísima Viregen María, en su forma de Reina de los Angeles, son muchos. Su fama se ha extendido por todo el mundo, por ser una madre cariñosa y que intersede por sus hijos e hijas. La Negrita, como se la llama cariñosamente, oye nuestras súplicas, y por sus valiosa interseción, muchos llegan a darle gracias, sabiendo que en ella, siempre podemos confiar.